(el siguiente es una anécdota personal y larguisima, no tiene nada que ver con tecnología ni de cerca así que aviso, el que lo quiera leer ¡adelante! Pero está avisado ;))
Background
Si algo molesto para un niño es que la madre le pida que haga un mandado. Suelen tener la maravillosa costumbre de hacerlo en lo mejor del juego.
Mi madre era típica en eso, solía escoger el peor momento de “mi muy ocupadamente ociosa tarde” con “peticiones” de mandados. Tradicionalmente al almacén de enfrente a mi casa.
El diálogo típico era:
Mamá: Gustavo andá a comprar leche, pan y queso rallado al almacén
Yo: Mamaaaaaaa
Mamá: Dale, sin chistar.
Yo: pero mamaaaaaa
Mamá: Dale, cayadito.
Yo: pero ¿porqué no va Rafael? (mi hermano 2 años mayor que yo)
Mamá: por que te lo pedí a vos.
Yo: pero ¿porqué tengo que ir yo?
Mamá: por que te lo estoy pidiendo, dale andá así después tomás la leche, hacés los deberes y te bañas (¡prometedora tarde!).
Yo: medhijes lke siempre yo dpkjfsd…
Mamá: sin rezongar
Lo que ocurría después era bastante previsible, tan larga había sido la discusión, tan frustrante el tener que aceptar mi “dura” realidad y tan poco prometedor el plan para el resto de la tarde que iba a regañadientes, compraba las cosas y volvía bastante molesto con la situación. Encima era la época de la “libretita” por lo cual ni siquiera alguna moneda del cambio podía “manguear”.
Eso en general, pero a veces esa “negociación” me nublaba tanto que olvidaba el pedido, si solía recordar la cantidad de cosas y con la ayuda del almacenero solía completar la lista. Cuando eso no ocurría o directamente no recordaba siquiera la cantidad de artículos, la cosa podía complicarse.
Mamá: ¿qué te pedí?
Yo: pan y leche
Mamá: ¿estás seguro?
Yo: si
Mamá: ¿y qué más?
Yo: … nada más (encogiendome de hombros como declarándome inocente por ignorancia)
Mamá: ¿y no te pedí queso rallado?
Yo: pero mamá … (sabiendo que era 100% responsable y me tocaría volver).
Mamá: el que no tiene cabeza tiene que tener pies.
Así me decía mi madre cada vez que olvidaba algo y terminaba realizando un esfuerzo mayor, por el simple hecho de no tener cabeza (o voluntad).
Capitulo: viernes pasado
El viernes pasado llegando a Artech se me apagó la camioneta, por suerte puse 3ra y arrancó así que conseguí llegar desde la entrada de Zonamérica a la oficina (unas 3 cuadras) sin mayores contratiempos. Miré el indicador del combustible y estaba bajo, demasiado bajo, tampoco estaba seguro que fuera eso porque suelen tener una luz indicadora de “te queda poco, conseguí una estación pronto”.
De todos modos el problema no me dejó tranquilo y como probablemente fuera la carencia de combustible, se lo comenté a Proto quien se ofreció a llevarme a buscar gasoil a alguna estación cercana, averigüé y hay una al costado de Zonamérica hacia Pando. Siendo estrictos el Proto me ofreció que si conseguíamos una manguera “ordeñábamos” un poco de su camioneta, a lo cual me negué porque he probado el sistema y sinceramente no tiene gusto agradable el gasoil. Por otro lado no parecía “fino” ponerse a ordeñar una camioneta en el estacionamiento de ZA a las 10:30 de la mañana de un viernes.
Fuimos, traje la típica y avergonzante bolsita con 3 o 4 litros de combustible, esas que usan los “tipos sin cabeza que se quedan sin combustible” y que si uno camina por la calle con una lo miran como diciendo “ja, embromate por nabo”.
Comentario aparte: obviamente anda sin plata como suelo andar y pagar 3 litros de gasoil con tarjeta parecía un mal chiste, por suerte tenía de rebote 100 pesos que me alcanzaron así que le devolví los 500 que Proto me prestó “por las dudas” ;)
Bueno, la cuestión es que volvimos, puse el gasoil, cerré y Proto me dice “che ¿y no la vas a arrancar?” mi respuesta “no, si arranca ahora no significa que arranque de noche, así que olvídalo, si arranca todo bien y sino ya veremos”. Proto se encogió de hombros como diciendo “vos sabrás”.
Todo transcurrió normal hasta que llegó la noche, como nos suele suceder a los que tenemos tendencia a ser "workalcoholic" (léase: "adictos al trabajo" y no "bebedores en horario laboral) mi esposa llamó a las 19:30 diciendo que tenía que salir que no tardara mucho que tenía que quedarme con los nenes. Como suelo responder: “no, ya salgo”.
Demore esos minutos que lleva desenchufarse, me despedí de Rodrigo, Germán y algún otro que estaba trabajando aun y me fui.
Contacto y obvio… la camioneta no encendió. No se nada de mecánica pero el motor giraba muy despacio, ese movimiento lento, como que quiere pero no puede. No parecía problema del gasoil. Ignorante llamé al auxilio que prometió estar en media hora, “bien – pensé - “¿que hago esta media hora?”.
Obvio, prendí la computadora mientras los últimos se iban yendo, entre ellos Rodrigo que me dijo “¡no te puedo creer que te enchufaste con la computadora en el estacionamiento!”, le expliqué el problema y se fue más tranquilo sabiendo que era un simple problema operativo y no que estaba para internar lo más rápido posible.
Llegó el auxilio, chicote (cable que une la batería del auxilio con la del auxiliado), probando, probando, nada. Enganchamos la camioneta del tipo, me arrastró un par de cuadras y arrancó.
Listo, recomendaciones, pinta ser la batería, llevala al electricista, firmame acá y hasta otra vez.
Saliendo de ZA suena el celular ¿quién era? Mi esposa y uno de esos diálogos románticos de viernes a la noche:
Ella: ¿¡dónde estás!? (90% enojada, 10% preocupada, conociéndome supuso que recién estaría saliendo).
Yo: No, lo que pasa…
Ella: no puede ser, hace una hora que te llamé y recién estás saliendo ¿por donde andás? Fijate que se me hace tarde y cierra.
Yo: lo que pasó…
Ella: y después si está todo cerrado es un lío…. Comienzo del monólogo ……. Fin del monólogo
Yo: no me arrancó la camioneta.
Ella: … ahh ok, bueno, ¿demorás? (10% enojada, 10% preocupada, 80% culpable)
Yo: no, 25 minutos.
Después todo normal, al llegar la guardé en el garage y listo.
Capitulo: sábado de mañana
Intentemos arrancarla, talvez cargó la batería o que se yo. Sin suerte. Nueva llamada al auxilio. 20 minutos, auxilio que empuja, camioneta que arranca, destino: electricista.
Nota: los más despiertos estarán pensando, este tipo se está quedando sin gasoil. Si, es un riesgo pero el viernes de noche no me daba para cargar y el sábado de mañana tenía un problema para hacerlo: para llegar a la estación tenía que arrancarla y cuando llegara a la estación apagarla para abrir el tapón de combustible ¿La otra llave? ¡Que se yo! Yo uso la mía. Igual, el problema tiene una solución muy sencilla que se las dejo para que la piensen, a mi no me dio para implementarla, preferí el riesgo.
Taller del electricista, 10:30 y el siguiente diálogo:
Yo: mirá, sabés que anoche no me arrancó y hoy de mañana tuve que llamar al auxilio porque tampoco quiso.
El: ¿pero gira el motor? ¿O hace “tac” cuando le das contacto?
Yo: gira, pinta que la batería palmó
El: bueno vamos a medir la carga.
Se confirmó el diagnóstico inicial, batería totalmente muerta e irrecuperable.
Yo: y bueno, habrá que cambiarla.
El: si, no hay otra. Capaz le logramos dar algo de carga pero te va a dejar a pie en cualquier lado
Yo: ok y ¿por acá donde puedo comprar una?
El: yo vendo, ahora vendo Willard, vos tenés una Heliar. Es más, para esta camioneta una batería de 90 amperes no da, precisás una más grande, de 110 por lo menos.
Yo: che y esas Willard ¿son buenas?
El: si, fijate que vos tenés una de estas que son un desastre, no duran nada, algunas te las dan garantidas por 6 meses, otras un año, pero más del año, año y medio no pasás.
Yo: pero mirá que esta hace tiempo que la tengo, no recuerdo ni cuando la cambié.
El: más de dos años seguro que no tiene, no te aguantan.
Yo: bueno dale (después de quejarme del precio, el cual no publico por si a alguien se le ocurre decir “pahh compraste una Willard de 110 por 2x, yo la compré el otro día por x y me regalaron un perfumador de autos!).
Saca la batería “heliar de mala calidad y potencia insuficiente para los requerimientos de mi camioneta que jamás duran más de 2 años” y ¿Cuánto tenía? ¿2 años? No. ¿3? No. En Junio cumplía los 4 añitos la porquería esa!.
Chiste de por medio con electricista, conexión, arranque, apago, arranque, apago, listo, quedó me voy.
Me fui a mi casa.
Capitulo: Sabado de tarde
Bueno, voy a echar gasoil, con los 3 o 4 litros había vuelto de Zonamérica e ido y vuelto del electricista. Soy de tomar riesgos pero tampoco tanto.
Arranca y “TAC”, frío en la nuca, arranque, “tac”, arranque, “tac”. En un segundo recordé el otro posible síntoma mencionado por el electricista, recordé que el sábado de tarde estaría cerrado, recordé que el lunes era feriado laborable (donde la mayoría de la gente no trabaja y por eso se mueve al lunes, porque la batalla de Las Piedras no fue el 21/Mayo sino el 18/Mayo, así no hay quien se aprenda las fechas patrias… ahh y aclaro que no se llama “de Las Piedras” porque se tiraban piedras sino por la Ciudad de Las Piedras. No es un chiste, un escolar el 18/Mayo lo explicó así por la radio y que había sido en el Cerro de Montevideo, bueno, por lo menos lo entrevistaron el día correcta así que en eso no estaba mal), recordé otro taller, pero seguramente estaría cerrado, recordé a Mrs Willard y a unos cuantos parientes más de la familia Willard.
Por las dudas, llamé al electricista pero obviamente sin suerte.
Listo, camioneta parada, sin solución hasta el Martes. Llamé al auxilio que en menos de 24 horas ya me la había arrancado 2 veces y lo hizo una tercera con similares procedimientos. Guardé la camioneta.
Capitulo: Domingo
Nada para declarar así que pongo una imágen alusiva para no hacer la lectura tan tediosa:
Capitulo: Lunes
Bueno ¿y ahora?, convengamos que nos transformamos en “confort-dependientes” y si nos sacan algo tan básico como el auto, a pesar de que durante los primeros 25 años de mi vida lo tenía de prestado, me convierto en un ser vergonzosamente inútil.
Conseguí que mi esposa me prestara el suyo, por lo menos en la mañana. Así que listo, me fui a trabajar, volví, seguí desde casa trabajando en un feriado minoritariamente laborable.
Capitulo: Martes de mañana
Niños al colegio (en el auto de mi esposa), seguí con el auto hasta Artech porque tenía actividades agendadas hasta las 9:30. Volví a casa, llamada al auxilio para el 4to arranque en pocas horas. Por suerte la telefonista que me atendió era simpática y me dijo “mire señor, como ha solicitado muchos auxilios en un breve período, tendremos que enviar un camión y puede demorar un poquito más”. ¡Cuánto!, media hora.
Listo, media hora después estaba el camión, esta vez era un “especialista” así que en lugar de la “fuerza bruta” aplicó el ingenio de los que saben “donde dar el martillazo”, con un destornillador golpeó el arranca y dele, nada, golpe, dele, nada, golpe, dele, nada, golpe, dele…arrancó.
“Listo – señor – parece un problema con el arranque ¿vio que le pegué y arrancó?, bueno el arranque tiene unos carbones que cuanto está embromado se pegan un poco y no le da para girar, entonces ud los golpea y se despegan y arranca porque.. ekjhen, hejn ejhln eléctrica de la jklj dekj ñlkd. Así que le conviene llevarlo a un electricista”.
Ok. Firma, gracias y ¡hasta pronto!
Nuevamente en el electricista.
El: ¿¡ que te pasó!?
Yo: bárbara la “willard de potencia suficiente para el consumo de mi camioneta que me va a durar mucho más que la heliar de potencia…… y que además vale 2x”
El: pero… ¿te gira el motor o te hace “tac”?
Yo: (tengo un “deja vu”) .. no, directamente hace “tac”.
El: ta, entonces es otra cosa.
Yo: aja y ¿entonces?
El: pará, dejame revisar – se tira debajo de la camioneta, sale con una ficha eléctrica, se va, vuelve con otra, se tira de nuevo y me dice “probá ahora”.
Yo: contacto, prende, apago, contacto, prende, apago. “¿bueno y esto va a durar?”
El: 99% que si, tenías una ficha toda rota abajo del motor, viste que se junta mugre, capaz tira un poco de aceite y se va comiendo la ficha
Yo: (con ganas de decir “si claro, si en mis ratos libres me tiro debajo de la camioneta a ver el nivel de corrosión de las fichas y cables del sistema eléctrico, eso cuando no estoy sentado viendo como un caracol se come la hoja del limonero), realmente me dio para un “buehh y ¿cuanto te debo?”
El: no nada, no te voy a cobra una ficha.
Me fui, con la certeza de que Murphy no se apiadaría de mi y seguro ese 1% me iba a tocar en el peor momento. ¿Pero que podía hacer?
Nota: ¿se avivaron que no había echado gasoil aun? Yo si, pero no se apresuren, no era ese el flanco débil que Murphy aprovecharía, siendo sincero, antes de ir por segunda vez al electricista pasé por la estación a llenar el tanque y no fue necesario que me empujaran, casualmente arrancó como había predicho el del auxilio.
Bueno, me voy, martes ya entrada la mañana a volver al trabajo.
Trabajo normal, pero conciente de que la espada de Damocles pendía sobre mi.
Capitulo: Martes de tarde
Nada extraordinario sucedió hasta que 18:30 me llama mi esposa con “Gordo, se me quedó el auto”. ¡Ahh no! ¡no vale!.
Yo: “Donde te quedaste”
Ella: Julio cesar y la rambla, estoy acá con los nenes, creo que se quedó sin nafta.
Yo: y entonces.
Ella: (con ese irresistible tono de “no sacás el queso de la heladera” cuando todos estamos sentados a la mesa pasa cenar) dijo - “no me venís a buscar”
Ahí estaba el implacable Murphy haciendo de las suyas.
Pasé por la estación, segunda bolsita de combustible, llegué a Julio Cesar y la Rambla, cargué la nafta, arranque, arranque, arranque y listo, arrancó. Parecía eso nomás.
Estuve a punto de explicarle algunos conceptos a mi esposa sobre la recarga periódica de combustible pero, a pesar de que ella ignoraba el episodio de cargar gasoil en ZA, no tenía la “autoridad” para hacerlo. Además, es llorar sobre la leche derramada.
Listo, vos te llevás la camioneta con los nenes y yo el auto, nos vemos en casa. Listo. Fin de la historia.
No señor, espere la oferta no termina ahí, cuando Murphy se ensaña se ensaña. Llegamos casa casi juntos, los nenes a tomar la leche y yo a limpiar el asiento de atrás de la camioneta porque la menor había pisado “popó” de perro y lo había estado distribuyendo generosamente por el tapizado de ese asiento.
Ahora si, fin de la historia.
Conclusiones
Historia bastante complicada, ahora bien ¿el electricista tuvo la culpa? ¿mi esposa? ¿la nena que pisó “popó”? ¿el dueño/a del perro/a que lo sacó a hacer “popó” en cualquier lado? ¿el implacable Murphy?¿el escolar que imaginaba a Artigas tirando piedras desde la fortaleza de El Cerro a quien sabe que grupo de indios salvajes tipo Comanches? ¿alguno de los auxilios? ¿mi madre que si eran menos de 4 artículos confiaba en mi memoria y no me daba el papelito? ¿el gobierno que se le ocurrió cambiar el 18 de Mayo por el 21 de Mayo, así como
No estimados, no nos engañemos, la culpa fue 100% mía, si hubiera cargado gasoil, si hubiera revisado periódicamente la batería o por lo menos darle bola al indicador correspondiente que ya desfallecía sobre la izquierda, no hubiera tenido esos problemas el viernes (quedarme sin gasoil y luego sin batería), ni todos los consiguientes problemas. Es más, no hubiera usado el auto de mi esposa por lo cual su “plan de recarga” no se habría afectado y por ende no se habría quedado sin combustible, la niña no hubiera pisado el “popó” y el asiento no se hubiera ensuciado, etc, etc.
Lo dicho: el que no tiene cabeza, tiene que tener pies.
PD: ¿puedo culpar a mi madre por no haber sido suficientemente insistente con ese mensaje? No, porque como solía decir mi tío Juan: “vos no sos maleducado, sos malaprendido”.
Background
Si algo molesto para un niño es que la madre le pida que haga un mandado. Suelen tener la maravillosa costumbre de hacerlo en lo mejor del juego.
Mi madre era típica en eso, solía escoger el peor momento de “mi muy ocupadamente ociosa tarde” con “peticiones” de mandados. Tradicionalmente al almacén de enfrente a mi casa.
El diálogo típico era:
Mamá: Gustavo andá a comprar leche, pan y queso rallado al almacén
Yo: Mamaaaaaaa
Mamá: Dale, sin chistar.
Yo: pero mamaaaaaa
Mamá: Dale, cayadito.
Yo: pero ¿porqué no va Rafael? (mi hermano 2 años mayor que yo)
Mamá: por que te lo pedí a vos.
Yo: pero ¿porqué tengo que ir yo?
Mamá: por que te lo estoy pidiendo, dale andá así después tomás la leche, hacés los deberes y te bañas (¡prometedora tarde!).
Yo: medhijes lke siempre yo dpkjfsd…
Mamá: sin rezongar
Lo que ocurría después era bastante previsible, tan larga había sido la discusión, tan frustrante el tener que aceptar mi “dura” realidad y tan poco prometedor el plan para el resto de la tarde que iba a regañadientes, compraba las cosas y volvía bastante molesto con la situación. Encima era la época de la “libretita” por lo cual ni siquiera alguna moneda del cambio podía “manguear”.
Eso en general, pero a veces esa “negociación” me nublaba tanto que olvidaba el pedido, si solía recordar la cantidad de cosas y con la ayuda del almacenero solía completar la lista. Cuando eso no ocurría o directamente no recordaba siquiera la cantidad de artículos, la cosa podía complicarse.
Mamá: ¿qué te pedí?
Yo: pan y leche
Mamá: ¿estás seguro?
Yo: si
Mamá: ¿y qué más?
Yo: … nada más (encogiendome de hombros como declarándome inocente por ignorancia)
Mamá: ¿y no te pedí queso rallado?
Yo: pero mamá … (sabiendo que era 100% responsable y me tocaría volver).
Mamá: el que no tiene cabeza tiene que tener pies.
Así me decía mi madre cada vez que olvidaba algo y terminaba realizando un esfuerzo mayor, por el simple hecho de no tener cabeza (o voluntad).
Capitulo: viernes pasado
El viernes pasado llegando a Artech se me apagó la camioneta, por suerte puse 3ra y arrancó así que conseguí llegar desde la entrada de Zonamérica a la oficina (unas 3 cuadras) sin mayores contratiempos. Miré el indicador del combustible y estaba bajo, demasiado bajo, tampoco estaba seguro que fuera eso porque suelen tener una luz indicadora de “te queda poco, conseguí una estación pronto”.
De todos modos el problema no me dejó tranquilo y como probablemente fuera la carencia de combustible, se lo comenté a Proto quien se ofreció a llevarme a buscar gasoil a alguna estación cercana, averigüé y hay una al costado de Zonamérica hacia Pando. Siendo estrictos el Proto me ofreció que si conseguíamos una manguera “ordeñábamos” un poco de su camioneta, a lo cual me negué porque he probado el sistema y sinceramente no tiene gusto agradable el gasoil. Por otro lado no parecía “fino” ponerse a ordeñar una camioneta en el estacionamiento de ZA a las 10:30 de la mañana de un viernes.
Fuimos, traje la típica y avergonzante bolsita con 3 o 4 litros de combustible, esas que usan los “tipos sin cabeza que se quedan sin combustible” y que si uno camina por la calle con una lo miran como diciendo “ja, embromate por nabo”.
Comentario aparte: obviamente anda sin plata como suelo andar y pagar 3 litros de gasoil con tarjeta parecía un mal chiste, por suerte tenía de rebote 100 pesos que me alcanzaron así que le devolví los 500 que Proto me prestó “por las dudas” ;)
Bueno, la cuestión es que volvimos, puse el gasoil, cerré y Proto me dice “che ¿y no la vas a arrancar?” mi respuesta “no, si arranca ahora no significa que arranque de noche, así que olvídalo, si arranca todo bien y sino ya veremos”. Proto se encogió de hombros como diciendo “vos sabrás”.
Todo transcurrió normal hasta que llegó la noche, como nos suele suceder a los que tenemos tendencia a ser "workalcoholic" (léase: "adictos al trabajo" y no "bebedores en horario laboral) mi esposa llamó a las 19:30 diciendo que tenía que salir que no tardara mucho que tenía que quedarme con los nenes. Como suelo responder: “no, ya salgo”.
Demore esos minutos que lleva desenchufarse, me despedí de Rodrigo, Germán y algún otro que estaba trabajando aun y me fui.
Contacto y obvio… la camioneta no encendió. No se nada de mecánica pero el motor giraba muy despacio, ese movimiento lento, como que quiere pero no puede. No parecía problema del gasoil. Ignorante llamé al auxilio que prometió estar en media hora, “bien – pensé - “¿que hago esta media hora?”.
Obvio, prendí la computadora mientras los últimos se iban yendo, entre ellos Rodrigo que me dijo “¡no te puedo creer que te enchufaste con la computadora en el estacionamiento!”, le expliqué el problema y se fue más tranquilo sabiendo que era un simple problema operativo y no que estaba para internar lo más rápido posible.
Llegó el auxilio, chicote (cable que une la batería del auxilio con la del auxiliado), probando, probando, nada. Enganchamos la camioneta del tipo, me arrastró un par de cuadras y arrancó.
Listo, recomendaciones, pinta ser la batería, llevala al electricista, firmame acá y hasta otra vez.
Saliendo de ZA suena el celular ¿quién era? Mi esposa y uno de esos diálogos románticos de viernes a la noche:
Ella: ¿¡dónde estás!? (90% enojada, 10% preocupada, conociéndome supuso que recién estaría saliendo).
Yo: No, lo que pasa…
Ella: no puede ser, hace una hora que te llamé y recién estás saliendo ¿por donde andás? Fijate que se me hace tarde y cierra.
Yo: lo que pasó…
Ella: y después si está todo cerrado es un lío…. Comienzo del monólogo ……. Fin del monólogo
Yo: no me arrancó la camioneta.
Ella: … ahh ok, bueno, ¿demorás? (10% enojada, 10% preocupada, 80% culpable)
Yo: no, 25 minutos.
Después todo normal, al llegar la guardé en el garage y listo.
Capitulo: sábado de mañana
Intentemos arrancarla, talvez cargó la batería o que se yo. Sin suerte. Nueva llamada al auxilio. 20 minutos, auxilio que empuja, camioneta que arranca, destino: electricista.
Nota: los más despiertos estarán pensando, este tipo se está quedando sin gasoil. Si, es un riesgo pero el viernes de noche no me daba para cargar y el sábado de mañana tenía un problema para hacerlo: para llegar a la estación tenía que arrancarla y cuando llegara a la estación apagarla para abrir el tapón de combustible ¿La otra llave? ¡Que se yo! Yo uso la mía. Igual, el problema tiene una solución muy sencilla que se las dejo para que la piensen, a mi no me dio para implementarla, preferí el riesgo.
Taller del electricista, 10:30 y el siguiente diálogo:
Yo: mirá, sabés que anoche no me arrancó y hoy de mañana tuve que llamar al auxilio porque tampoco quiso.
El: ¿pero gira el motor? ¿O hace “tac” cuando le das contacto?
Yo: gira, pinta que la batería palmó
El: bueno vamos a medir la carga.
Se confirmó el diagnóstico inicial, batería totalmente muerta e irrecuperable.
Yo: y bueno, habrá que cambiarla.
El: si, no hay otra. Capaz le logramos dar algo de carga pero te va a dejar a pie en cualquier lado
Yo: ok y ¿por acá donde puedo comprar una?
El: yo vendo, ahora vendo Willard, vos tenés una Heliar. Es más, para esta camioneta una batería de 90 amperes no da, precisás una más grande, de 110 por lo menos.
Yo: che y esas Willard ¿son buenas?
El: si, fijate que vos tenés una de estas que son un desastre, no duran nada, algunas te las dan garantidas por 6 meses, otras un año, pero más del año, año y medio no pasás.
Yo: pero mirá que esta hace tiempo que la tengo, no recuerdo ni cuando la cambié.
El: más de dos años seguro que no tiene, no te aguantan.
Yo: bueno dale (después de quejarme del precio, el cual no publico por si a alguien se le ocurre decir “pahh compraste una Willard de 110 por 2x, yo la compré el otro día por x y me regalaron un perfumador de autos!).
Saca la batería “heliar de mala calidad y potencia insuficiente para los requerimientos de mi camioneta que jamás duran más de 2 años” y ¿Cuánto tenía? ¿2 años? No. ¿3? No. En Junio cumplía los 4 añitos la porquería esa!.
Chiste de por medio con electricista, conexión, arranque, apago, arranque, apago, listo, quedó me voy.
Me fui a mi casa.
Capitulo: Sabado de tarde
Bueno, voy a echar gasoil, con los 3 o 4 litros había vuelto de Zonamérica e ido y vuelto del electricista. Soy de tomar riesgos pero tampoco tanto.
Arranca y “TAC”, frío en la nuca, arranque, “tac”, arranque, “tac”. En un segundo recordé el otro posible síntoma mencionado por el electricista, recordé que el sábado de tarde estaría cerrado, recordé que el lunes era feriado laborable (donde la mayoría de la gente no trabaja y por eso se mueve al lunes, porque la batalla de Las Piedras no fue el 21/Mayo sino el 18/Mayo, así no hay quien se aprenda las fechas patrias… ahh y aclaro que no se llama “de Las Piedras” porque se tiraban piedras sino por la Ciudad de Las Piedras. No es un chiste, un escolar el 18/Mayo lo explicó así por la radio y que había sido en el Cerro de Montevideo, bueno, por lo menos lo entrevistaron el día correcta así que en eso no estaba mal), recordé otro taller, pero seguramente estaría cerrado, recordé a Mrs Willard y a unos cuantos parientes más de la familia Willard.
Por las dudas, llamé al electricista pero obviamente sin suerte.
Listo, camioneta parada, sin solución hasta el Martes. Llamé al auxilio que en menos de 24 horas ya me la había arrancado 2 veces y lo hizo una tercera con similares procedimientos. Guardé la camioneta.
Capitulo: Domingo
Nada para declarar así que pongo una imágen alusiva para no hacer la lectura tan tediosa:
Capitulo: Lunes
Bueno ¿y ahora?, convengamos que nos transformamos en “confort-dependientes” y si nos sacan algo tan básico como el auto, a pesar de que durante los primeros 25 años de mi vida lo tenía de prestado, me convierto en un ser vergonzosamente inútil.
Conseguí que mi esposa me prestara el suyo, por lo menos en la mañana. Así que listo, me fui a trabajar, volví, seguí desde casa trabajando en un feriado minoritariamente laborable.
Capitulo: Martes de mañana
Niños al colegio (en el auto de mi esposa), seguí con el auto hasta Artech porque tenía actividades agendadas hasta las 9:30. Volví a casa, llamada al auxilio para el 4to arranque en pocas horas. Por suerte la telefonista que me atendió era simpática y me dijo “mire señor, como ha solicitado muchos auxilios en un breve período, tendremos que enviar un camión y puede demorar un poquito más”. ¡Cuánto!, media hora.
Listo, media hora después estaba el camión, esta vez era un “especialista” así que en lugar de la “fuerza bruta” aplicó el ingenio de los que saben “donde dar el martillazo”, con un destornillador golpeó el arranca y dele, nada, golpe, dele, nada, golpe, dele, nada, golpe, dele…arrancó.
“Listo – señor – parece un problema con el arranque ¿vio que le pegué y arrancó?, bueno el arranque tiene unos carbones que cuanto está embromado se pegan un poco y no le da para girar, entonces ud los golpea y se despegan y arranca porque.. ekjhen, hejn ejhln eléctrica de la jklj dekj ñlkd. Así que le conviene llevarlo a un electricista”.
Ok. Firma, gracias y ¡hasta pronto!
Nuevamente en el electricista.
El: ¿¡ que te pasó!?
Yo: bárbara la “willard de potencia suficiente para el consumo de mi camioneta que me va a durar mucho más que la heliar de potencia…… y que además vale 2x”
El: pero… ¿te gira el motor o te hace “tac”?
Yo: (tengo un “deja vu”) .. no, directamente hace “tac”.
El: ta, entonces es otra cosa.
Yo: aja y ¿entonces?
El: pará, dejame revisar – se tira debajo de la camioneta, sale con una ficha eléctrica, se va, vuelve con otra, se tira de nuevo y me dice “probá ahora”.
Yo: contacto, prende, apago, contacto, prende, apago. “¿bueno y esto va a durar?”
El: 99% que si, tenías una ficha toda rota abajo del motor, viste que se junta mugre, capaz tira un poco de aceite y se va comiendo la ficha
Yo: (con ganas de decir “si claro, si en mis ratos libres me tiro debajo de la camioneta a ver el nivel de corrosión de las fichas y cables del sistema eléctrico, eso cuando no estoy sentado viendo como un caracol se come la hoja del limonero), realmente me dio para un “buehh y ¿cuanto te debo?”
El: no nada, no te voy a cobra una ficha.
Me fui, con la certeza de que Murphy no se apiadaría de mi y seguro ese 1% me iba a tocar en el peor momento. ¿Pero que podía hacer?
Nota: ¿se avivaron que no había echado gasoil aun? Yo si, pero no se apresuren, no era ese el flanco débil que Murphy aprovecharía, siendo sincero, antes de ir por segunda vez al electricista pasé por la estación a llenar el tanque y no fue necesario que me empujaran, casualmente arrancó como había predicho el del auxilio.
Bueno, me voy, martes ya entrada la mañana a volver al trabajo.
Trabajo normal, pero conciente de que la espada de Damocles pendía sobre mi.
Capitulo: Martes de tarde
Nada extraordinario sucedió hasta que 18:30 me llama mi esposa con “Gordo, se me quedó el auto”. ¡Ahh no! ¡no vale!.
Yo: “Donde te quedaste”
Ella: Julio cesar y la rambla, estoy acá con los nenes, creo que se quedó sin nafta.
Yo: y entonces.
Ella: (con ese irresistible tono de “no sacás el queso de la heladera” cuando todos estamos sentados a la mesa pasa cenar) dijo - “no me venís a buscar”
Ahí estaba el implacable Murphy haciendo de las suyas.
Pasé por la estación, segunda bolsita de combustible, llegué a Julio Cesar y la Rambla, cargué la nafta, arranque, arranque, arranque y listo, arrancó. Parecía eso nomás.
Estuve a punto de explicarle algunos conceptos a mi esposa sobre la recarga periódica de combustible pero, a pesar de que ella ignoraba el episodio de cargar gasoil en ZA, no tenía la “autoridad” para hacerlo. Además, es llorar sobre la leche derramada.
Listo, vos te llevás la camioneta con los nenes y yo el auto, nos vemos en casa. Listo. Fin de la historia.
No señor, espere la oferta no termina ahí, cuando Murphy se ensaña se ensaña. Llegamos casa casi juntos, los nenes a tomar la leche y yo a limpiar el asiento de atrás de la camioneta porque la menor había pisado “popó” de perro y lo había estado distribuyendo generosamente por el tapizado de ese asiento.
Ahora si, fin de la historia.
Conclusiones
Historia bastante complicada, ahora bien ¿el electricista tuvo la culpa? ¿mi esposa? ¿la nena que pisó “popó”? ¿el dueño/a del perro/a que lo sacó a hacer “popó” en cualquier lado? ¿el implacable Murphy?¿el escolar que imaginaba a Artigas tirando piedras desde la fortaleza de El Cerro a quien sabe que grupo de indios salvajes tipo Comanches? ¿alguno de los auxilios? ¿mi madre que si eran menos de 4 artículos confiaba en mi memoria y no me daba el papelito? ¿el gobierno que se le ocurrió cambiar el 18 de Mayo por el 21 de Mayo, así como
No estimados, no nos engañemos, la culpa fue 100% mía, si hubiera cargado gasoil, si hubiera revisado periódicamente la batería o por lo menos darle bola al indicador correspondiente que ya desfallecía sobre la izquierda, no hubiera tenido esos problemas el viernes (quedarme sin gasoil y luego sin batería), ni todos los consiguientes problemas. Es más, no hubiera usado el auto de mi esposa por lo cual su “plan de recarga” no se habría afectado y por ende no se habría quedado sin combustible, la niña no hubiera pisado el “popó” y el asiento no se hubiera ensuciado, etc, etc.
Lo dicho: el que no tiene cabeza, tiene que tener pies.
PD: ¿puedo culpar a mi madre por no haber sido suficientemente insistente con ese mensaje? No, porque como solía decir mi tío Juan: “vos no sos maleducado, sos malaprendido”.
Espectacular !!!
ResponderBorrarMe sentí absolutamente identificado con c/u de los dialogos
Un abrazo
Cooomo me voy a olvidar ....
ResponderBorrarMas de una vez al haber frenado detras de un bondi y ver el cartel de heliar pegado con una rubia bastante interesante lo primero que me venia a la mente es Heliar y arrancar !!!
Yo sigo teniendo la teoría de que llegaste el viernes a la camioneta y te acordaste de algo y ahí prendiste el notebook..y como te vi estás montando esta historia para justificar tu condición de "workalcoholic".
ResponderBorrarNo te preocupes que no voy a contar esto en el grupo de "workalcoholicos anonimos"
Bárbaro!
ResponderBorrarMe vi como Gustavo em muitas situações e todas as vezes a culpa es mia.
Besos,
Me sentí identificadísima (con tu esposa, je)... y me hizo acordar a aquella película "El efecto Mariposa" :)
ResponderBorrarJajaja, que gracioso. Acabo de dar con tu blog buscando en google algún lugar para comprar una *batería* para el auto de un amigo.
ResponderBorrarSin dudas creo que no sos el indicado para asesorarme... jejeje
Después de leer tu relato - muy entretenido y al igual que el resto, me sentí identificado - me vino a la cabeza la vez que me quedé sin nafta en Tristán Narvaja y 18 de Julio un viernes a las 17:30... para peor, en la subida casi por cruzar 18... Son esas ocaciones que uno se siente Homero Simpson... estúpido estúpido estúpido... Para peor andaba con dólares.. 0 $U .. primero ir a cambiar y luego correr al auto para buscar los bidones.
Humillante estar cargando la nafta en plena calle, para peor, de 2 sentidos...
Una breve deducción... seguramente tu batería terminó de morir por el exceso de consumo que hacía el motor de arranque, quizás le daba para tirar unos añitos más.
Y las Willard ??? la verdad primera vez que las escucho... suena a marca Winner.. ;)
Saludos!
Con la Willard no he tenido problemas pero claro, es nuevita. Ahora, a la Heliar le juego una ficha después de la experiencia, considerá que tengo una Chevrolet S10 con un motor "pesado" y gasolero (calentadores, etc) o sea, no la tiene nada fácil la batería.
ResponderBorrarEstaba buscando informacion acerca de que mierda es un blog y todo eso para que los guachos no me pasen por encima como un fosil de dinosaurio y me encontré con tu página. Muy bueno el relato del arranque. Lamento decirte que ahora con el ALFA te puede pasar lo mismo pero te va a salir mucho mas caro....Nos vemos
ResponderBorrarSi, me temo que si. Incluso te cuento una intimidad: me dejó de funcionar el medidor de combustible (está siempre en "reserva" con la luz amarilla prendida) a pesar de que está lleno el tanque.
ResponderBorrarPor ahora lo controlo con el kilometraje recorrido, está bien que un motor 2.000 cm3 es "gastador" pero ¿en 193km se comió los 60 o 70 litros del tanque? por suerte no, era el medidor roto nomás.
Ahora bien, no quiero NI SABER cuanto me puede llegar a salir arreglarlo o un medidor nuevo, temo siquiera preguntar así que por ahora me banco la luz amarilla y voy chequeando el kilometraje... en un relojito digital eso si!!
En fin... el que quiere celeste...
UPDATE: la maravillosa batería Willard que son mucho mejores y adecuadas para mi camioneta (110 amperes) palmó a los 13 meses de colocada.
ResponderBorrarRecordar que la Heliar que es màs "berreta" y de SOLO 90 amperes (totalmente inadecuada para mi camioneta) duró casi 4 años.
"no further questions, your honor".
UPDATE: no me van a creer pero la 2da batería Willard (yo además de no tener cabeza soy un nabo y le creo al electricista) duró 7 meses!!!
ResponderBorrarLo más lindo es que fui a Willard directamente porque ahí se reclaman las baterías y me dice "ahh no, esta camioneta es muy pesada, precisa de 130",
¡¡pero la de 130 amperes no entra en ese lugar!!
En fin, arranqué con una Heliar de 90 amperes que duró años y terminé con una Willard de 110 que duró meses.
Por si a alguien no le quedó claro ¡¡LAS BATERIAS WILLARD APESTAN !!
Nota: el otro día mi hermano cambió la suya por una Moura en Radesca y la anterior le duró 4 años, así que Moura y Heliar SI, Willard NO.
Por lo menos me la cambiaron (por otra de 110 que es lo más grande que entraba) y a ver cuanto dura.
Creo que en unos meses estaré con otro comment en este oo
no se como llegue a tu blog pero me engancho toda la historia, me paseo por los recuerdos de la infancia y me hace acordar los problemas con el auto, es mas en este momento me hace tac cuando lo quiero prender, pero la verdad despues de leer tu historia me da miedo ir al electricista.
ResponderBorrarsaludos
Marina,
ResponderBorrary... no es fácil si lo dejás así seguro en el peor momento te deja a pie y vas a maldecir no haber ido al electricista.
Si vas al electricista es tener o no suerte.
Digamos que las probabilidades están siempre en tu contra pero peor si no vas al electricista :)
Arriba y suerte!
Gustavo
Hola!!! Gustavo como me hicistes reir!! Llegue a tu blog buscando info sobre la bateria Heliar ya que tengo una Willard de 130 amperes en mi Ranger nafta 2008, la bateria es del octubre del 2008, o sea que estaria casi dentro de la durabilidad promedio, aunque te cuento que se muriò de un dia para el otro!!!En el uso que le doy la arranco unas 30 veces por dia y ando en la vueltita,y no ayuda en nada a que recupere la carga pero 0 problemas hasta hace 2 dias que me dejo de mañana re tirado!! Busque en Mercado Libre el mismo modelo y la encontrè a 205 dolares, con esa referencia me fui a CONCEPTUNING(soy cliente)y hice las averiguaciones del caso, ellos trabajan con Willard pero me recomendaron Heliar a 255 dolares y las mejores recomendaciones!! En difinitiva tu relato me dejo realmente complacido de haber cambiado de marca, almenos apriori parece tener mas adeptos. y la rubia de la propaganda en los omnibuses creo que era Claudia Fernandez!!!!maravillosa!!
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