La barbacoa en mi casa es de mis lugares preferidos. En particular porque me dan piedra libre con su decoración y mantenimiento y no tiene que seguir el "design system" del resto de la casa.
Ahora, esto no es casual, es un acuerdo familiar al cual llegamos.
Una barbacoa, en mi caso, es un lugar para reunirse con amigos, familiares, seres queridos y compartir buenas charlas, discusiones y pasarla bien.
En cierto sentido es un reflejo de mí, de mis valores, de mis intereses, de mi historia, de lo que soy, por lo cual no se rige por "criterios de diseño" salvo yo mismo.
Así pues es de colores amarronados/amarillos, maderas, ventanas amplias de aluminio anodizado (marrón). ¿están o estuvieron de moda? no lo sé, simplemente porque me gustan.
Tiene un mueble con cajones (construido por mí) donde todo es visible, no tiene puertas porque es más práctico y no tiene nada que ocultar. Cuadros/adornos/recuerdos se desparraman por las paredes o se apoyan en algún sobrante. Ahí se mezclan adornos fabricados en china y comprados en el Disco, con recuerdos de un viaje, cuadritos pintados por mis hijas, unas macetitas coloridas con velas adentro que un día las vi y me gustaron.
El "tres-pies" de mi suegro que era zapatero se junta con una tetera holandesa de porcelana que mi madre me regaló cuando se destruyó en una caída y la armé de nuevo. Completa el trío la chapa (patente) del charret del padre de uno de mis cuñados que era de los primeros en el pueblo de La Cruz (Florida), que terminó en mi poder en una mudanza que ayudé a mi sobrino
Acompañan a ese trío un sinfín de "cosas" y todo el conjunto, sin aparente sentido, se apoya o cuelga de una vieja reja que hace de estante, la cual me regaló mi hermana cuando se casó hace muchos años y no tenía donde ponerla.
Una división de cañas (construida por mí usando cañas que fueron cortadas de la chacra de un amigo) ocultan un depósito donde guardo valijas, una carpa, una mesa de camping, las cañas de pescar y otros artículos útiles pero que no es necesario (ni agradable) mantener a la vista.
Un murete que oculta la mesada frente al parrillero tiene de sombrero un durmiente comprado en un remate y cortado a la mitad en un aserradero de Florida, luego de mucho insistir al aserrador por el riesgo que un clavo metido en la madera le rompiera la sierra.
Una vieja máquina de coser reciclada como mesa con una tapa de vidrio donde se apoyan botellas, y un equipo de audio viejo que me regaló un amigo, un estantito de metal colgado que se usaba para plantas y ahora ocupan su lugar otras tantas botellas.
Los percheros amurados a la pared son pedazos de madera dura rescatados de algún lado, a los cuales les clavé pasadores de puertas que hacen las veces de perchas/ganchos.
Una mesa que solía usarse para las carneadas hace mucho tiempo y tiene las marcas del tiempo y los agujeros para asegurar la picadora de carne, tarugada por mí para que mantuviera un poco la forma, con pedazos de varillas torneadas que compré en la ferretería La Chispa y que sobraron de unos arreglos que hice en casa. Sillas de junco que hizo un artesano en Florida y hoy algo "castigadas" aún resisten.
Sobre la parrilla, o abajo en el leñero, descansan la plancheta que me regaló mi hermana, junto con un disco de arado que mandé a hacer hace mucho tiempo a un herrero amigo y una asadera de gruesa chapa que me regaló otro amigo. Sobre esta suele dormir una pinza de panadería muy vieja que hace las veces de pinza de parrilla, que un día le presté a Agustina para una "Fiesta de la Familia" del Colegio y en la vorágine se perdió, anduvo perdida por un tiempo hasta que apareció por ahí y volvió a su hogar, bastante castigada por el fuego y los años aun cumple su función. Eventualmente terminará su vida útil colgando de la reja junto a la tetera de porcelana porque ella tiene su historia también y cada vez que la veo recuerdo a Agustina en cuarto de liceo.
Nada tiene una línea salvo que significan algo o mucho para mí. El significado prima sobre el diseño, incluso el feo cuadrito de un alemán de bermudas y con sobrepeso, bebiendo una cerveza en jarra tiene su lugar en mi vida porque tiene una historia que contar: lo compré en una feria de un liceo en un stand de estudiantes que aún no habían vendido nada y fue lo más rescatable del stand. Cuando alguien ve el feo cuadrito ve al obeso alemán, pero yo veo la sonrisa de Flor cuando le compré ese cuadrito en su stand e hizo los primeros pesos para el viaje de fin de año.
En fin, podría seguir describiendo de memoria cada cosa que hay en mi barbacoa, cada historia que está detrás pero ya parezco Drexler cantando "Todo se transforma"
Creo que académicamente se diría que no es un "caos" es un "diseño ecléctico" que tiene mucho más que ver conmigo y mis historias, con lo que soy, que con una línea de diseño o estilo decorativo.
No pocas veces me dicen que hay que modernizarla, cambiar aquella mesa por una de Divino que está hermosa (¡pero sin historia!), cambiar las puertas de la bajo mesada sustituyendo las que hice con pallets por unas puertas profesionales que cierren mejor ¡Ni loco!, no juzgo a quien lo haga en su barbacoa, que pinte con los colores que quiera las paredes, que compre o construya lo que quiera, que tenga una "línea editorial con los adornos que cuelga", que la haga tan moderna o antigua como quiera, es su barbacoa y con ella no me meto. Pido a cambio que no se metan con la mía, la autenticidad y la sustancia priman ante la forma y el diseño.
Ahora, mi único consejo es: si allí recibirá a sus seres queridos y con ellos compartirá sus historias y serán parte de su vida, las vivirán juntos, entonces que su barbacoa sea tan auténtico como ud.No se fije en lo que ellos piensen que ud es o debería ser, fíjese solo en lo que ud es. Más "cool", menos "cool", más prolijo, menos prolijo, pero lleno de contenido porque eso es lo que prima sobre todo y dice si uno ha vivido, lo que quiere vivir, lo que valora y lo que no.
Por el contrario, si está pensada para recibir a seres lejanos y encuentros casuales, personas con las cuales compartir unas horas, eventualmente hacer negocios. Personas para las cuales ud tiene que cumplir sus expectativas respecto a la comodidad de las sillas, lo refinado de los muebles, lo moderno de la pintura, o que tiene un pool en un rincón, entonces de pronto debería orientarse a algo más minimalista, despojado, moderno, estándar, aséptico, inocuo, vacío, sin sustancia ni historias.
Cada uno tendrá la barbacoa que quiera, no soy quien para juzgar a nadie, pero cada vez que me dicen "hay que ordenar/limpiar la barbacoa" o peor aún "hay que modernizarla", a mí me corre un frío por la espalda porque nada sobra, nada falta, soy yo y es mi lugar. Díganme viejo, anticuado, acumulador y desprolijo, pero es todo lo que soy, quiero ser y no tengo porqué que engañar a nadie en busca de su interés o reconocimiento.
Como cantaba el enorme Atahualpa Yupanqui en "Los ejes de mi carreta":
"Porque no engraso los ejes me llaman abandonau,
si a mí me gusta que suenen pa'que los quiero engrasau"
Todos son bienvenidos a mi barbacoa, pero no me pidan que engrase los ejes porque dejaría de ser quien soy.
Post dedicado a todos mis amigos y seres queridos En especial a Laura, Marcelo y Gastón. Gracias.
PD: en la negociación de ese espacio vital cedí en pegar una tira de luces led de varios colores que cuando se prenden titilan y destellan, también en una boca de plástico con neón adentro que cuando se prende se colorea de un rosa pálido. Todo eso, sumado a las luces de la barbacoa apagadas, música fuerte en un parlante bluetooth donde las playlists de Spotify se reiteran una y otra vez, la transforma en un lugar mucho más apropiado para una reunión de adolescentes/jóvenes.
Para que no digan que soy inflexible y porque nada tengo contra eso, esos "extras" son tan válidos como cualquier otra cosa, simplemente que no son parte de mi historia. Serán eventualmente parte de la historia de mis hijos y la boca de plástico con su neón agotado terminará en la barbacoa de alguno de ellos que tendrá que negociar con su familia la dignidad que la lleva a colgar en la pared de su barbacoa.
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