Hay algo que caracteriza a los encuentros GX y es el compromiso de todos con su éxito. Sin este compromiso los encuentros no serían lo que son.
Decía en mi post anterior que no hay "protagonistas" solo personas más visibles que otras nomás así que este post va dedicado a los que internamente bautizamos como "saleros".
¿Qué es un "salero"?
Es el "encargado de sala", es quien está apoyando al orador en su ponencia y se encarga de todo lo que rodea a una presentación.
El proyector, las luces, el aire, el ruido que puede venir del pasillo, etc. Acompaña al orador en su presentación y está atento a todos los detalles que conspiren contra el mejor desarrollo de la conferencia.
Como todos, es un rol fundamental en un Encuentro donde el horario se cumple a rajatabla y es uno de sus valores más preciados. La conferencia podrá ser más o menos atractiva pero algo es seguro: empieza en hora y termina en hora, porque todos somos dueños de nuestro propio tiempo pero no del tiempo de los demás.
Un "detalle operativo"(un micrófono que no anda, un proyector que no enciende, etc) puede ser fatal en esas circunstancias porque el horario se respeta y por ende, lamentablemente, parte de la conferencia se habrá perdido.
Cuidar de esos detalles es crucial entonces.
Pero más importante aun es el "acompañamiento" del salero, el recibir al orador que normalmente está nervioso, que ni conoce la sala o eventualmente es del exterior y más perdido puede estar. Es respaldarlo en su exposición y que se sienta bienvenido y acompañado.
¿Quién es un salero?
Algunas veces hemos pensado a contratar profesionales del tema.
Lo descartamos porque probablemente obtuviéramos el mismo o eventualmente mejor desempeño en la parte de logística de la sala, pero seguramente no obtendríamos gente que compartiera el espíritu del encuentro, difícilmente siquiera lo entendieran y tuvieran la empatía necesaria con el orador de turno.
Dejarían la parte de "compromiso" solo a nivel "profesional-logístico" y no al nivel superior que esperamos dar.
¿Quién es salero entonces?
El salero es Artech, somos nosotros mismos, es el consultor en un proyecto, el miembro del equipo de desarrollo, el de soporte, el de administración o quien quiera que tenga la suerte de serlo, quien deja de lado su trabajo por un momento y se preocupa del trabajo de los demás.
Personalmente pienso que el ser "salero" es una experiencia enriquecedora en muchos aspectos, se trabaja a ritmo intenso en un grupo importante, con una logística compleja, con personas que eventualmente uno no trabaja normalmente, haciendo algo que no domina ni es su especialidad, etc.
Pero especialmente da una lección de humildad enorme, nadie, al menos en Artech, es tan grande que no pueda ser salero. Nadie es tan importante que no pueda brindar tiempo de su trabajo a los demás.
¡Felicitaciones y gracias a los que han sido saleros! y ¡bienvenidos a quienes tengan la oportunidad de serlo este año!
La yapa
Para ejemplificar de lo que es capaz un salero cuento una anécdota que me pasó algunos encuentros atrás.
Me tocaba una conferencia en el ballroom, adrenalina a tope como es la costumbre (siempre digo que sin esa adrenalina uno, en su sano juicio, no sería capaz de pararse antes decenas, cientos o eventualmente miles de personas a hablar).
Habían pasado unos 20 minutos de conferencia y restaban unos 25 más cuando Murphy, o más bien mi estupidez, hizo aparecer un cartel de "batería baja" en mi notebook (obviamente no tenía cargador tampoco).
Fue un segundo de locura.
Miré a Ma Luisa que era mi "salera", sentada en primera fila, discreta pero presente como tiene que ser un salero y le dije (en plena conferencia) "no tengo batería, consígueme una".
Ma Luisa me miró y me dijo con los labios (sin sonido) "¿una batería?" y yo asentí.
Los siguientes segundos parecieron horas, la batería que se agotaba, la conferencia que seguía y Ma Luisa que no aparecía. Por suerte alguien más apareció con un cargador y seguí la conferencia sin mayores contratiempos.
A los minutos apareció Ma Luisa con la batería y viendo que el tema estaba solucionado se sentó en su lugar con la batería en sus manos a acompañarme el resto de la conferencia.
La conferencia terminó sin mayores contratiempos, bajé y Ma Luisa me comentó "por suerte conseguiste un cargador, no sabés lo que me costó encontrar una batería".
Recién ahí caí en la cuenta que le había pedido una "batería" y no un "cargador", ella había hecho el intento de rectificar mi pedido cuando con sus labios preguntó extrañada "¿Una batería?", yo y mi adrenalina no reaccionamos y ratificamos el pedido. Ella con su compromiso y empeño hizo literalmente lo imposible que fue conseguirme una batería.
Nunca supe a quién le habría "arrancado" la batería no debe haber sido fácil conseguirla, pero eso es definitivamente un salero comprometido.
Nota para los saleros: nunca confíen en el pedido de un orador, verifiquen que lo que pide es lo que realmente precisa porque la adrenalina, al menos a algunos, nos nubla la visión y el entendimiento.
Decía en mi post anterior que no hay "protagonistas" solo personas más visibles que otras nomás así que este post va dedicado a los que internamente bautizamos como "saleros".
¿Qué es un "salero"?
Es el "encargado de sala", es quien está apoyando al orador en su ponencia y se encarga de todo lo que rodea a una presentación.
El proyector, las luces, el aire, el ruido que puede venir del pasillo, etc. Acompaña al orador en su presentación y está atento a todos los detalles que conspiren contra el mejor desarrollo de la conferencia.
Como todos, es un rol fundamental en un Encuentro donde el horario se cumple a rajatabla y es uno de sus valores más preciados. La conferencia podrá ser más o menos atractiva pero algo es seguro: empieza en hora y termina en hora, porque todos somos dueños de nuestro propio tiempo pero no del tiempo de los demás.
Un "detalle operativo"(un micrófono que no anda, un proyector que no enciende, etc) puede ser fatal en esas circunstancias porque el horario se respeta y por ende, lamentablemente, parte de la conferencia se habrá perdido.
Cuidar de esos detalles es crucial entonces.
Pero más importante aun es el "acompañamiento" del salero, el recibir al orador que normalmente está nervioso, que ni conoce la sala o eventualmente es del exterior y más perdido puede estar. Es respaldarlo en su exposición y que se sienta bienvenido y acompañado.
¿Quién es un salero?
Algunas veces hemos pensado a contratar profesionales del tema.
Lo descartamos porque probablemente obtuviéramos el mismo o eventualmente mejor desempeño en la parte de logística de la sala, pero seguramente no obtendríamos gente que compartiera el espíritu del encuentro, difícilmente siquiera lo entendieran y tuvieran la empatía necesaria con el orador de turno.
Dejarían la parte de "compromiso" solo a nivel "profesional-logístico" y no al nivel superior que esperamos dar.
¿Quién es salero entonces?
El salero es Artech, somos nosotros mismos, es el consultor en un proyecto, el miembro del equipo de desarrollo, el de soporte, el de administración o quien quiera que tenga la suerte de serlo, quien deja de lado su trabajo por un momento y se preocupa del trabajo de los demás.
Personalmente pienso que el ser "salero" es una experiencia enriquecedora en muchos aspectos, se trabaja a ritmo intenso en un grupo importante, con una logística compleja, con personas que eventualmente uno no trabaja normalmente, haciendo algo que no domina ni es su especialidad, etc.
Pero especialmente da una lección de humildad enorme, nadie, al menos en Artech, es tan grande que no pueda ser salero. Nadie es tan importante que no pueda brindar tiempo de su trabajo a los demás.
¡Felicitaciones y gracias a los que han sido saleros! y ¡bienvenidos a quienes tengan la oportunidad de serlo este año!
La yapa
Para ejemplificar de lo que es capaz un salero cuento una anécdota que me pasó algunos encuentros atrás.
Me tocaba una conferencia en el ballroom, adrenalina a tope como es la costumbre (siempre digo que sin esa adrenalina uno, en su sano juicio, no sería capaz de pararse antes decenas, cientos o eventualmente miles de personas a hablar).
Habían pasado unos 20 minutos de conferencia y restaban unos 25 más cuando Murphy, o más bien mi estupidez, hizo aparecer un cartel de "batería baja" en mi notebook (obviamente no tenía cargador tampoco).
Fue un segundo de locura.
Miré a Ma Luisa que era mi "salera", sentada en primera fila, discreta pero presente como tiene que ser un salero y le dije (en plena conferencia) "no tengo batería, consígueme una".
Ma Luisa me miró y me dijo con los labios (sin sonido) "¿una batería?" y yo asentí.
Los siguientes segundos parecieron horas, la batería que se agotaba, la conferencia que seguía y Ma Luisa que no aparecía. Por suerte alguien más apareció con un cargador y seguí la conferencia sin mayores contratiempos.
A los minutos apareció Ma Luisa con la batería y viendo que el tema estaba solucionado se sentó en su lugar con la batería en sus manos a acompañarme el resto de la conferencia.
La conferencia terminó sin mayores contratiempos, bajé y Ma Luisa me comentó "por suerte conseguiste un cargador, no sabés lo que me costó encontrar una batería".
Recién ahí caí en la cuenta que le había pedido una "batería" y no un "cargador", ella había hecho el intento de rectificar mi pedido cuando con sus labios preguntó extrañada "¿Una batería?", yo y mi adrenalina no reaccionamos y ratificamos el pedido. Ella con su compromiso y empeño hizo literalmente lo imposible que fue conseguirme una batería.
Nunca supe a quién le habría "arrancado" la batería no debe haber sido fácil conseguirla, pero eso es definitivamente un salero comprometido.
Nota para los saleros: nunca confíen en el pedido de un orador, verifiquen que lo que pide es lo que realmente precisa porque la adrenalina, al menos a algunos, nos nubla la visión y el entendimiento.
De nada, fue un placer haber sido "salero". Por suerte no tuve que padecer lo de Ma Luisa !!
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