Habilidades, aprendizajes y valores

El otro día discutíamos en un almuerzo sobre habilidades que tenemos y que no tienen nuestros hijos. El tema surgió porque alguien comentó que su hijo (11 años) no era capaz de hacer una llamada telefónica con un teléfono de linea fija (no de "disco" sino con "teclado").

Lo mucho que le costó y lo incómodo que se sintió en esa situación.

El tema derivó en algunos videos que todos recordábamos donde se le daban "aparatos" antiguos (pongamos +20 años) a personas de unos 20 años de edad. Pongamos: un cassette y tenía que adivinar su uso.

Personalmente recordé un video de un programa de TV donde participaban personas de menos de 20 años y tenían tres desafíos a cumplir cada uno en menos de 2 minutos.

Desafío 1: hacer una llamada telefónica con un teléfono de disco.

Desafío 2: buscar el número de teléfono de una persona en una guía telefónica

Desafío 3: buscar una dirección en un mapa.

Todos fracasaron en los desafíos. Tanto que el conductor planteó otro. Desafío 4: doblar el mapa de modo correcto. Fracaso también.

Esto de algún modo provoca una sonrisa y algo de preocupación cuando uno ve que sus hijos y chicos de esa generación no tienen las habilidades que uno sí tiene.

Siguió la conversación y alguien mencionó que había visto el caso opuesto, personas de 75 u 80 años que le proponían desafíos con tecnología moderna y también fracasaban.
Por ejemplo: tratar de ir a una ubicación usando Google Maps en el celular. Uno diría ¡imposible! si sabe escribir con el celular no hay modo que no pueda encontrar la ubicación. Pues no, no es imposible, es que la persona viene de la "vieja escuela" donde un mapa y orientaciones de vecinos lo iban arrimando a la dirección, no era una dirección precisa, sino por aproximaciones sucesivas.

De modo que los veteranos tendían a escribir la dirección y en la medida que ubicaban un lugar conocido cercano al destino, abandonaban el celular y partían con ese rumbo, con un buen comienzo y algunos vecinos que los orientaran en el camino seguro llegarían porque como dicen "preguntando se llega a Roma".

Sea como sea, ambas generaciones fracasaron con el uso de la tecnología de otra generación. 

El tema derivó en: ojo, no nos riamos tanto porque seguro nosotros no tenemos habilidades que nuestros padres tuvieron. Así por ejemplo yo mencioné mi total ignorancia sobre motores a combustión. Entiendo cómo funcionan pero nunca reparé uno, ni cambié un carburador, ni nada de eso. Lo más "próximo" que hice fue cambiar una rueda pinchada, el agua del radiador y cosas así. 

Sin embargo recuerdo que mi padre era capaz de hacer reparaciones menores en un motor. Que si el auto no arrancaba o se quedaba, entonces abría el capó y eventualmente lograba subsanarlo. Aclaro: era bancario, no mecánico.

Seguro cada uno de nosotros piensa en qué habilidades tenían sus padres y no uds y a su vez qué habilidades tienen que sus hijos no. ¿Cocinar? ¿Instalación eléctrica? ¿alinear una bicicleta? ¿conectar un calefón? ¿tejer? en fin.. miles de habilidades, en general manuales pero: ¿sacar cuentas rápido? ¿ortografía? seguro hay muchas que no son "manuales" sino "intelectuales" digamos.

Ahora bien ¿realmente importan las habilidades que se tengan?

Bueno, coyunturalmente puede ser. Es decir, si se me queda el auto a medianoche en una ruta desierta probablemente saber algo de mecánica me ayude. Si compro 3 artículos en un super y mentalmente tengo un importe aproximado ya sumado, llego a la caja con una idea de lo que voy a pagar.

Ninguna de esas habilidades valdrán mucho en un tiempo, incluso hoy si alguno de mis hijos pincha una cubierta seguro llama al auxilio y ni se le ocurre cambiarla, de hecho no sé si saben que hay una quinta rueda en algun lugar del auto.

No preciso aproximarme al importe porque una máquina lee las etiquetas y me dice exacto cuanto es, no hay una persona en el medio que se pueda equivocar (en todo caso yo siempre llevo la cuenta).

¿Qué es lo que realmente importa?

¡La capacidad de aprender!

No importa si esos veinteañeros no son capaces de encontrar una dirección en un mapa en menos de dos minutos. Si están perdidos en una ciudad y lo único que tienen es un mapa en papel, seguro encontrarán el modo de descifrarlo.

No importa si no logra encontrar un teléfono en la guía o hacer una llamada, seguro lo logrará en algún momento si se lo propone.

Tampoco importa si los veteranos usan Google Map como un mapa de aproximación y ni reparan que da el punto exacto y con un botón más hasta la ruta óptima para llegar. Si se lo proponen seguro lograrán sacarle el jugo a la tecnología.

¿Qué es la capacidad de aprender?

Se dice fácil, pero ¿qué es?

No lo sé. No soy educador, profesor, maestro, psicólogo, sociólogo ni de ninguna profesión que domine el campo.

Lo que sí sé es que todo se funda en algunos valores (nota: la palabra "valores" me suena algo "grande" para algunos de los que menciono pero bueno, pasan como tales :)).

Menciono algunos que me vienen a la mente:

Propósito: proponerse algo con suficiente voluntad para llevarlo adelante. Si a la primera de cambio me frustro y abandono entonces no tengo un propósito firme. Si mi propósito es encontrar una dirección en un mapa de papel en menos de dos minutos puede que sea imposible (o muy difiíl) pero si es llegar a un punto de encuentro con mi pareja y es el único recurso que tenga, entonces seguramente pondré más empeño. Mi padre tenía un cuento muy interesante alrededor de eso que le llamaba: Doña Necesidad. Si un día me inspiro lo escribo.

Evitar sesgos: tanto en los veinteañeros como en los veteranos se notaban dos sesgos importantes. Asumir que la nueva tecnología resuelve las cosas del mismo modo que la anterior. Por ejemplo: que una guía telefónica se pasa página por página como quien "scrolla" una pantalla hasta encontrar la persona que busca o que Google Maps es lo mismo que un mapa de papel que da referencias cercanas al lugar y luego uno afina la puntería.

El otro sesgo es ir directo a la ejecución, la escasa planificación, el detenerse a pensar, en observr y entender la lógica del objeto porque no es un objeto caprichoso, fue desarrollado con un fin y con una lógica específica.

Así para buscar en una guía lo primero no es buscar sino entender el objeto, que tiene un índice alfabético (por apellido), etc. Explorar el Google Map y leer atentamente lo que nos ofrece, no salir raudo luego de ubicar una escuela cercana al punto y más o menos orientarse.

Humildad: quien no es humilde no tiene capacidad de aprender. El camino del conocimiento comienza en el reconocimiento de la ignorancia, luego de esos y con algo (o mucho) esfuerzo se llega a recorrerlo.

Autoestima: si tengo todo lo antedicho pero "no me tengo fe" entonces estoy condenado al fracaso en mi propósito. Yo por ejemplo las pocas veces que se me ha quedado el auto, levanto el capó y miro como si el ojo observador afectara al objeto observado. Reviso si no hay nada muy claramente suelto y mientras voy llamando al auxilio.

Generosidad: definitivamente creo que compartir algo que uno sabe es la base para aprender nuevas cosas. En cierto modo uno realmente aprende al enseñar. 

En fin, podría seguir escribiendo un par de horas más en esta linea de pensamiento pero probablemente se diluyó la idea original: no importan las habilidades porque son coyunturales, lo que importa es la capacidad de aprender y esa está fundada en valores. 

Por lo cual no importa qué habilidades tengas que tus hijos no, ni importa qué habilidades tenían tus padres que tu no tienes, lo que importa es que tus padres, tu y tus hijos tengan la capacidad de aprender, para lo cual precisan esos valores (y otros).

La única educación es la educación en valores, el resto es instrucción.

Saber escuchar, empatía, buen humor, foco (concentración), temple,... en fin. se me siguen ocurriendo más pero ya aburrí demasiado :)

PD: sus hijos serán educados, si no lo hace ud lo harán la escuela, el barrio, los amigos, los vecinos, la vida o internet.