Mi padre solía decir respecto al comportamiento de las personas: "hay de todo en la viña del Señor" y creo que es una enorme verdad.
Por suerte la vida me ha llevado a conocer a gente muy valiosa, entusiasta, generosa, de buena madera.
Esas personas de las cuales uno se nutre, crece, mejora.
También he conocido de las otras, pero como la memoria es selectiva casi nos las recuerdo, sí me queda en la memoria el aprendizaje que la interacción con ellas me dejó que, en cualquier caso, también aporta.
Entre esas personas valiosas conozco una particularmente destacable. Profesional al máximo en el más amplio sentido de la palabra. Dominando su "metié" con una capacitad técnica envidiable, con generosidad y don de gentes fuera de lo común.
No hay quién interactúe con ella y no sienta la empatía de su trato,
No solo ha logrado esa posición profesional y enriquecernos desde ahí a todos quienes interactuamos con ella, sino que también ha formado una familia amorosa donde sus hijos se crían en ese entorno nutritivo que seguramente terminarán en adultos valiosos.
Esta persona pasó por una circunstancia familiar delicada y compleja. Eso genera dolor a todos los que la conocemos y tratamos, de la manera que podemos, devolverle en algo lo que de ella recibimos.
En ese marco me parece irresponsable y repudiable todo lo que se tejió en las redes sociales alrededor de su circunstancia. La ignorancia y crueldad con que se manejan las cosas es escalofriante. Alimentando un monstruo que tanto daño puede hacer y hace.
Todos los que formamos parte de esas redes somos responsables, somos potencialmente víctimas y victimarios de las mismas. No es un tema de diseño de la red, es un tema de cómo las usamos todos las que allí interactuamos.
Mucho se ha escrito del asunto, desde pensar lo que se escribe, no compartir "fake news", moderar el lenguaje, pensar en el receptor (a quien muchas veces ni conocemos), etc así que nada nuevo aporto ahí.
Tampoco soy quién para decir cómo tienen que actuar los demás, ni soy la Madre Teresa de Calcuta, es más, uso el sarcasmo y el humor cotidianamente y eso puede ser dañino en muchos casos.
De todos modos esta situación me hizo recordar al gran Alberto Cortéz con su poema Ser Humano, que aplica en su totalidad y donde en uno de sus versos ayuda a entender esa "ignorancia/malicia" que aplicamos, especialmente, en las redes:
"Soy el poder, que condena los instintos naturales del Hombre,
mi censura, reptando por oscuros laberintos, impone la moral de su estatura".
Así que a todos quienes alimentamos esa red: cuidemos nuestra altura moral y nuestra sed de censura.
A todos aquellos que se sientan atacados en las redes les recomiendo ese poema y específicamente ese verso.
Como yapa dejo dos links a leyendas conocidas que creo vale la pena recordar: La rana y el escorpión y la leyenda de los dos lobos
Por suerte la vida me ha llevado a conocer a gente muy valiosa, entusiasta, generosa, de buena madera.
Esas personas de las cuales uno se nutre, crece, mejora.
También he conocido de las otras, pero como la memoria es selectiva casi nos las recuerdo, sí me queda en la memoria el aprendizaje que la interacción con ellas me dejó que, en cualquier caso, también aporta.
Entre esas personas valiosas conozco una particularmente destacable. Profesional al máximo en el más amplio sentido de la palabra. Dominando su "metié" con una capacitad técnica envidiable, con generosidad y don de gentes fuera de lo común.
No hay quién interactúe con ella y no sienta la empatía de su trato,
No solo ha logrado esa posición profesional y enriquecernos desde ahí a todos quienes interactuamos con ella, sino que también ha formado una familia amorosa donde sus hijos se crían en ese entorno nutritivo que seguramente terminarán en adultos valiosos.
Esta persona pasó por una circunstancia familiar delicada y compleja. Eso genera dolor a todos los que la conocemos y tratamos, de la manera que podemos, devolverle en algo lo que de ella recibimos.
En ese marco me parece irresponsable y repudiable todo lo que se tejió en las redes sociales alrededor de su circunstancia. La ignorancia y crueldad con que se manejan las cosas es escalofriante. Alimentando un monstruo que tanto daño puede hacer y hace.
Todos los que formamos parte de esas redes somos responsables, somos potencialmente víctimas y victimarios de las mismas. No es un tema de diseño de la red, es un tema de cómo las usamos todos las que allí interactuamos.
Mucho se ha escrito del asunto, desde pensar lo que se escribe, no compartir "fake news", moderar el lenguaje, pensar en el receptor (a quien muchas veces ni conocemos), etc así que nada nuevo aporto ahí.
Tampoco soy quién para decir cómo tienen que actuar los demás, ni soy la Madre Teresa de Calcuta, es más, uso el sarcasmo y el humor cotidianamente y eso puede ser dañino en muchos casos.
De todos modos esta situación me hizo recordar al gran Alberto Cortéz con su poema Ser Humano, que aplica en su totalidad y donde en uno de sus versos ayuda a entender esa "ignorancia/malicia" que aplicamos, especialmente, en las redes:
"Soy el poder, que condena los instintos naturales del Hombre,
mi censura, reptando por oscuros laberintos, impone la moral de su estatura".
Así que a todos quienes alimentamos esa red: cuidemos nuestra altura moral y nuestra sed de censura.
A todos aquellos que se sientan atacados en las redes les recomiendo ese poema y específicamente ese verso.
Como yapa dejo dos links a leyendas conocidas que creo vale la pena recordar: La rana y el escorpión y la leyenda de los dos lobos
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