En tercero de Liceo tenía una profesora de Idioma Español, se llamaba
Amalia y era bastante particular, no solo por lo poco común de su nombre.
Amalia era una mujer bastante mayor (cincuentona, lo que a
mis 13 o 14 era una “vieja”, hoy ya no tanto), muy alta, algo encorvada, con un
ojo desviado, con un aire algo “ausente”. Era como la Nana McPhee pero no tan
fea y hablaba español, hasta cierta “flema inglesa” parecía tener al
hablar. Como todas las profesoras de Idioma Español y Literatura que conocí, muy
educada, correcta y de modos muy delicados
pero terminantes.
Sin embargo tenía algo que nunca vi en otro profesor, te
indicaba su parecer sobre tu comportamiento/rendimiento de una manera muy
matemática. A pesar de ser profesora de Español creo que encontraba ahí la precisión
necesaria para enviar un mensaje claro.
En una época en que las calificaciones iban del 1 (mínimo) al
6 (máximo) Amalia te decía “tienes un cuarto
de 3” indicando que tu comportamiento/rendimiento era satisfactorio y de
continuar así era la nota que recibirías (*). De este modo uno siempre sabía dónde estaba y hacia donde se
dirigía.
En el ejemplo del 3, de continuar así luego vendría “medio
de 3”, luego “tres cuartos de 3” y finalmente llegaría “tienes un 3”. Pero
también uno podría esforzarse más o comportarse mejor y recibir “cuarto de 4” o
incluso “medio de 4” o podría dormirse en los laureles y pasar a “cuarto de 2”.
Era un truco interesante, tenía cierto aire de juego, a su vez teníamos un indicador claro sobre
hacia dónde estabas yendo.
Yo lo vivía con cierta diversión a ese juego de las
fracciones, recuerdo que pasaba sacando cuentas y cuando a alguien le decía “tienes
tres cuartos de 4” yo pensaba “bueno, tiene un 3”, sabía que la equivalencia no
era correcta, pero me divertía hacerla. Si ella decía “tienes tres cuartos de 3”
me ponía a sacar las cuentas de cuanto sería eso, a su vez pensando si sería
más que “medio de 2” o “un cuarto de 5”, a su vez pensaba “si alguien tiene
tres cuartos de 4 es peor nota que medio 6”. No sé, con eso me divertía.
Lastimosamente yo solía recibir el primer “cuarto de 1”
después de los “buenos días” y ya promediando la clase solía completar mi
primer 1 del día. Era un chico muy inquieto, algo que para Amalia era
insoportable, aunque nunca abandonó su tono, con toda gracia y delicadeza me decía
“tienes tres cuartos de uno Carriquiry”, ella intentando enseñarme gramática y yo practicando
mis fracciones.
Sin embargo nunca me fui a examen (*) de Idioma Español, a
pesar de odiar la gramática y Amalia molestarse mucho (creo que era incapaz de
odiar) con mi inquietud (**).
En el fondo Amalia conocía los bueyes con que araba, sabía
de mi esfuerzo y que, a pesar de los pesares, lograba resultados. A pesar de acumular unos y unos en clase siempre me iba bien en las pruebas y
promediaba una nota de aprobación. (***)
La recuerdo con mucho cariño a Amalia, aprendí mucho de ella, capaz no lo que quiso enseñarme, pero gracias a ella aprendí más sobre fracciones, cómo mantenerme quieto algunos minutos, que se podía mantener el tono a pesar del enojo, muchas cosas, claro también lo que pude de Español. En cualquier caso esos son los Profesores que valen la pena
Los que enseñan en lugar de instruir, los que entienden que no siempre medio de 4 es 2.
Amalia tienes un 6.
(*) en esa época estaba lo que llamábamos “libretita rosada”,
era una libreta de doble entrada. Si no estoy mal era una hoja por semana y ahí
tenias materias como renglones y días de la semana como columnas. Tenias que
llevarla todos los días y cuando un profesor te calificaba por un oral,
escrito, observación o lo que fuera, ponía en el día/materia la calificación.
Todas los lunes tenía que venir firmada por los padres, cosa que muchos padres
firmaban el sábado (teniamos clases los sabados) y de acuerdo a lo que venían era
la “actividad” del fin de semana.
(**) agradezco que mis padres no acudieran a la química para
resolver mi inquietud, acudían a la física cuando era necesario. Recuerdo que
aprendí de óptica, ondas y mecánica en esos tiempos también.
Claro que ahora eso está invertido y acudir a la química
está bien y la física está mal.
(***) en esa época si no rendías en el año ibas a examen en Diciembre
y si llegabas con 1 a fin de año, entonces ni Diciembre, te tocaba Febrero. No había retoma, recontratoma, otra
oportunidad otra oportunidad, nivelación, nada.. no era la conga que uno
pudiera re-enganchar, había que meterle.
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